jueves, 24 de enero de 2013

Metal Evolution: es más fácil de lo que parece

Llevo ya varias horas viendo el rockumental “Metal Evolution” y me da pena que el tipo se coma tanto la cabeza con eso de clasificar los estilos: que si se mezclan, que si tú eres más jebi que el otro, que eso no sé donde meterlo... Cuando claramente lo que pasa es que el tipo no enfoca bien el tema. No sé ni quiero mirar si alguien ya ha puesto algo similar por Internet, seguramente sí, en cualquier caso, desde mi ilustrado punto de vista (y rapidito que es muy tarde), el “Metal” se clasifica según las aparentes ganas, formas y tiempos de los músicos en esto de follar tras los conciertos. Un rápido repaso:

  • El Hard Rock: se les ve con ganas de follar siendo el concierto una excusa para pasarlo bien, ponerse a tono e ir fichando “guarrillas”. En cuanto se baja del escenario, eeeepaaaa, a darle duro a las “groupis” y al whisky.
  • Jebis: entre los anteriores y los punks, tocando mejor en ambos casos pero ligando menos. 
  • Punk: ponerse ciego es más importante que nada. Polvos cutres en los lavabos tras los conciertos con las tipas más guarras del planeta que pasan al olvido en diez minutos (por los efectos del ciego, obviamente).
  • Glam rock: la banda al terminar se follan entre ellos a la vez que se escupen también entre ellos y se pinchan entre ellos. Las groupis deciden follarse entre ellas visto lo visto.
  • Grunge: follar daría mala reputación y molesta a la hora de pincharse.
  • Trash/Speed Metal: No hay tiempo así que una paja rápida antes de volver a tocar más alto y más rápido que cualquiera, no importa que notas sean.
  • Metal Gótico: con las fans se intercambia sangre recién salida de las heridas provocadas por el sacrificio satánico post-concert. Cuanta más sangre mayor bajón, mucho mejor.
¿Obvio, verdad? Pues decídselo al cebollo del Sam.

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