domingo, 10 de enero de 2010

Adam Bomb: ‘Anvil’ al lado de mi casa

Ayer por la noche fui a ver a Adam Bomb convencido de que sería la bomba (tengo algo de resaca, perdón por los chistes malos). Y vaya si lo fue.
Llegué con mi amigo Manolo al local poco antes de la hora teórica del concert y el panorama era desolador. Éramos 8 contando los camareros. Estaba mi amigo Stephen, Sergio “el muelle” (un chaval que anda un poco tocado y le dan espasmos, nunca falla en esa sala) y un tipo tetrapléjico en su silla de ruedas (se le ve en algunas fotos). Juraría que le vi mover la silla adelante y atrás siguiendo el ritmo en algún momento.


El Adam también andaba por allí probando la guitarra y haciendo tiempo, hasta que ya fuimos algunos más y entonces se puso a la tarea de... vender boletos para una rifa. A un euro, con la posibilidad de ganar un disco suyo y unas gafas de sol “de los chinos” con forma de “2010”. Paréntesis: con este tipo han colaborado gente como el mismísimo Mick Taylor (Rolling Stones) o Steve Stevens (Billy Idol). Y ahí estaba, intentando arañar un sobresueldo euro a euro. Yo le compré un disco (firmado por él, claro, siendo vecino de Esteban no me libro de ciertos contagios) y me hice la foto correspondiente.

Por fin empezó el chow, ya seríamos unos 20. Y moló mucho. Ya lo he vivido en otras ocasiones, estos tíos sobre el escenario recuperan todo el esplendor dando caña de la buena. Interpretó versiones como Firehouse de Kiss con fuego real, el solo Eruption, y ¡7 vidas de Antonio Flores! ¿¿?? Y tema suyos, claro, que sonaron muy bien también.
Se hizo muy tarde y me tuve que ir en el descanso, no sé si me tocó la rifa ni como acabó aquello. Otra duda que me queda es como pueden sobrevivir esas salas y esos grupos.
En fin, a ver si os apuntáis la próxima vez.
Más fotos aquí

1 comentario:

delegado dijo...

Gran noche para un outsider de las salidas nocturnas como yo que las hago de año en año. Me dejó impresionado, primero el Adam (apariencia decadente pero luego gran showman y guitarrista cañero), y luego por lo surrealista de la situación inicial (cuatro gatos, Ruper y yo,un minusválido al que otro colega le daba chupitos y caladas del pito y otro chorbo bailando como un muelle con espasmos). Para postre perdí las llaves de casa y tuve que despertar a la jefa...